martes, 26 de febrero de 2013

¿Qué está pasando con la liberalización de la farmacia española?

Retorno al blog tras un periodo de descanso voluntario que me tomé, confieso, por falta de ideas nuevas que aportar al debate. Dos meses han pasado desde el lanzamiento del globo-sonda ministerial sobre la nueva Ley de Servicios Profesionales y me ha parecido oportuno celebrar este aniversario con un breve post.

¿Qué ha pasado desde aquella publicación, que hizo temblar los cimientos del modelo de farmacia español?

Poco o nada, que sepamos. Que no haya pasado nada podría parecer beneficioso para aquellos cuyos intereses - económicos, por mucho que algunos se empeñen en disfrazarlos de otra cosa - dependen precisamente de que las cosas cambien lo menos posible. Sin embargo, hay que ser muy ingenuo o muy voluntarista para pensar que no están pasando cosas. Hablemos un poco de lo acontecido en estos dos meses.

Declaraciones públicas

La prensa especializada ha ido publicando una tras otra todas las muestras de apoyo que se han producido desde los estamentos oficiales, Ministerio y Consejerías de Sanidad, asociaciones empresariales, y otros colectivos relacionados con el mundo farmacéutico. Estos medios, a mi juicio, están excesivamente preocupados en contentar a su audiencia y les faltan la objetividad y capacidad de análisis propios del buen periodismo. Trasladan al lector una imagen falsa, pretendiendo hacerle creer que todos los estamentos sanitarios están de su parte, como si eso fuera a alejar el fantasma de la liberalización.

Pero lo importante en estos casos no es tanto acumular muestras de apoyo, sino escuchar qué están diciendo aquellos a los que el cambio sí favorece y, sobre todo, qué están diciendo aquellos que van a tomar las decisiones. Y esto es lo que debería preocupar al colectivo farmacéutico, porque si nos fijamos en la hemeroteca, ni el Ministerio de Economía ni el Consejo de Ministros han dicho una palabra clara sobre el tema desde diciembre del año pasado. Tampoco se están manifestando los potenciales interesados por el cambio, como el GIRP ó ANGED. Los lobbys de verdad, a diferencia de los que representan a los titulares farmacéuticos españoles, saben muy bien lo que se hacen y no van a gastar cartuchos en esta fase preliminar.

Factores que impulsaron el borrador de la nueva LSP

Por otro lado, si pensamos en los factores que impulsaron la publicación del borrador de la LSP, ninguno de ellos ha variado sustancialmente. La presión de la UE para liberalizar los servicios profesionales sigue ahí, no se ha ido a ninguna parte, y las variables económicas que condicionan la capacidad de maniobra del Gobierno de España siguen en niveles de intervención. La crisis de deuda ha amainado un poco estos dos meses, eso es cierto, pero no debemos llevarnos a engaño porque la estabilidad de los mercados de deuda sigue dependiendo de la política de compra de bonos por parte del BCE, condicionada como es lógico a que el Gobierno de España siga haciendo reformas.

Los datos de déficit siguen siendo terribles y las Comunidades Autónomas siguen con problemas más o menos graves de financiación. Ahí tenemos el reciente caso de Cataluña, que ha vuelto a comunicar a sus farmacias que no hay dinero para pagar las recetas de febrero. ¡Y todavía estamos en febrero!

Por si esto fuera poco, las elecciones italianas, que según mi apreciado Sr. Chave (véase el post anterior) eran cruciales para dirimir el futuro del modelo español, han dado como vencedor precisamente al Sr. Bersani, supuestamente favorable a la liberalización de la farmacia.

¿Se está negociando algo?

Es lógico pensar que los poderosos lobbys de los titulares de oficina de farmacia estén inmersos en durísimas negociaciones con el Gobierno, pero si esto es así lo cierto es que nada ha trascendido a los medios de comunicación. Ni siquiera hay rumores más o menos creíbles pululando por las redes sociales, como cabría esperar. Pero, ¿están negociando y con quién? Lo cierto es que los propios negociadores podrían informar al colectivo a través de los canales establecidos, pero si nos fiamos de los topos infiltrados en el CGCOF, la Sra. Presidenta está siendo bastante poco transparente, incluso con los presidentes de los COF provinciales. O no tiene mucho que contar, o no se atreve a contarlo, o no le interesa. No se cual de las tres alternativas es más descorazonadora. 

Les cuento lo que yo se: Los grandes prohombres (y mujeres, muy importantes en este colectivo y sus lobbys) están tratando de obtener compromisos por parte de las Consejerías de Sanidad y del Ministerio de Sanidad (con lo inoportuno de la situación de la Ministra de Sanidad por los trapos sucios del caso Gürtel). 
Y añadiré otra cosa: Se equivocan de interlocutor. Este Gobierno lleva meses demostrando que pese a los lamentos de la ciudadanía y los profesionales sanitarios, la prioridad es la economía. Con quien habría que hablar, por tanto, sería con el Ministerio de Economía o con el propio Presidente (si nos llegáramos a creer que éste tiene aún cierto poder de decisión). Sin embargo, estoy bastante seguro de que ni el CGCOF ni la FEFE tienen el nivel de acceso suficiente como para sentarse con De Guindos, y mucho menos la capacidad para influir en sus decisiones.

Conclusión y reflexiones finales

En conclusión, no parece que nada haya cambiado en el panorama, más bien se mantienen o empeoran los factores que impulsaron la idea de liberalizar la propiedad. No hay indicios de que la eliminación de la reserva de propiedad esté en cuestión, fuera de las lógicas y políticamente correctas adhesiones al modelo actual de quienes, no lo olvidemos, no tienen competencias para redactar la LSP. 

El debate en las redes sociales, potencialmente enriquecedor, se reduce en la práctica a una lucha fratricida entre farmacéuticos, titulares versus adjuntos, rurales versus urbanos, pequeños versus grandes, en la que hay un componente emocional importante pero bien pocas ideas. Todo este debate parte de una base equivocada, ya que todos ellos parecen pensar que el negocio de la dispensación de medicamentos pertenece al colectivo de farmacéuticos, premisa que no se cumple en ningún otro negocio privado que se conozca (excepción hecha de fedatarios públicos, registradores y otras especies raras). Así se enzarzan entre ellos, y conmigo, en debates que no llevan a nada, y mientras tanto pasan los días en el calendario y cada vez está más cerca el día en que el borrador pase a ser un proyecto de ley, y después una Ley. Y no olviden, Sras. y Sres. farmacéuticos que precisamente todo este debate se inicia porque alguien considera que el negocio de dispensación de medicamentos no debe estar reservado a quienes estudiaron esa carrera universitaria. El debate no es la ordenación, el modelo navarro, la carrera profesional o los trapicheos del concurso andaluz. Eso son cosas con las que ustedes se entretienen mientras De Guindos y sus muchachos redactan su sentencia de muerte.